La idea de los envases biodegradables como una opción sostenible puede sonar bien en teoría, pero esta solución a nuestro problema con los plásticos tiene un lado oscuro y trae problemas significativos.
Los términos biodegradable y compostable a menudo se usan indistintamente o se confunden entre sí.Sin embargo, son bastante diferentes tanto en la forma en que se degradan los productos como en las normas que los controlan.Los estándares que regulan si los envases o los productos son compostables son estrictos y significativos, pero estos estándares no existen para los productos biodegradables, lo cual es muy problemático.
Cuando las personas ven el término biodegradable en el empaque, tienen la percepción de que están eligiendo una opción que es buena para el medio ambiente, asumiendo que el empaque se descompondrá sin impacto.Sin embargo, los productos biodegradables a menudo tardan años en descomponerse y, en algunos entornos, no se descomponen en absoluto.
La mayoría de las veces, el plástico biodegradable se degrada en microplásticos, que son tan pequeños que no se pueden limpiar adecuadamente.Estos microplásticos se mezclan con el entorno natural y son consumidos por la vida marina en los océanos u otra fauna terrestre y terminan en nuestras playas o en nuestro suministro de agua.Estas diminutas partículas de plástico pueden tardar cientos o miles de años en descomponerse y causar estragos mientras tanto.
Sin las estrictas regulaciones que rodean a los productos compostables, surgen dudas sobre qué se puede considerar biodegradable.Por ejemplo, ¿qué nivel de degradación constituye un producto biodegradable?Y sin controles claros, ¿cómo sabemos si en su composición se incluyen sustancias químicas tóxicas que luego se filtran al medio ambiente a medida que el producto se descompone?
En la búsqueda continua de respuestas sostenibles a los envases, especialmente a los envases de plástico, centrarse en soluciones que rompen viene con la necesidad de analizar y comprender lo que queda una vez que el producto se degrada.
Sin estándares estrictos que guíen qué se incluye en los envases biodegradables y cómo se maneja su eliminación para permitir la descomposición adecuada, debemos cuestionarnos si es una opción viable para nuestra situación actual.
Hasta que podamos demostrar que los envases biodegradables no dañan nuestro medio ambiente, debemos centrarnos en encontrar formas de reciclar y reutilizar envases de plástico completos.
Hora de publicación: 07-dic-2021